Cuando te bajas un archivo de película, música o programa, hay alguien que pierde dinero, y por lo tanto se queja de lo que haces, porque es ilegal. Lo que ese sector tan grande no comentaba hasta hace poco era el excesivo beneficio que se llevaban los intermediarios de una producción cultural (entendiendo el hecho en el contexto de las industrias culturales).
Uno de los ultimos coletazos que ha dado esta corriente de pensadores del marketing transformados en Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), ha sido la de crear un canon, que es un impuesto sin caracter de impuesto. Su función será la de pagar los daños creados por los programas de descarga y sus millones de usuarios, daños hacia la industria de la música primordialmente. La medida puede ser adoptada por el gobierno y las repercusiones las notariamos los consumidores, lo que no se han planteado es reducir el numero de esas fuerzas intermediarias para hacer un producto más barato y acorde con la función que realiza en un casi maximo porcentaje: entretener.
Las noticias que está generando este hecho son cada vez más y los medios mayoritarios están haciéndose eco de ello poco a poco, la última la publica El Pais hoy. La asociación todos contra el canon recoge firmas y explica sus propósitos para impedir que pueda aprobarse una decisión que nos perjudicaría a todos los consumidores.
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